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Diario de un trastorno de ansiedad

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No todo se muestra, no todo se percibe. Solo los grandes observadores de tu vida hallarán los pequeños detalles que marcan la diferencia. Indefensa ante la vida, donde se prefiere llorar antes que ver llorar a otros. Donde mucho es lo que se calla y poco es lo que se dice. Hasta que llega la gota que colma el vaso, y la locura se desata. Esas eran las noches en las que el corazón lloraba, notando la ausencia de alguien que lo rescatara. Sin embargo, lo hacía oculto entre las sombras para no causar el dolor en los demás. Llegaba a un estado en el que cada inspiración resultaba punzante. Respirar dolía, respirar agotaba. Pareciera que cientos de cuchillos apuñalaban mi pecho mientras la angustia se hacía con cualquier pensamiento racional. En la cabeza se sentía que todo daba vueltas, la presión y los constantes pinchazos se volvían insoportables.La vista quedaba nublada a la vez que las lágrimas eran ya incontrolables. Soledad. Entre 4 paredes, a oscuras, q

Noche de pesadillas

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Entre vuelta y vuelta, encogida por el frío, toda una noche sin poder dormir, con la persiana completamente bajada ni una gota de luz se colaba por la ventana. Las paredes, aunque amarilla, entre tanta oscuridad se veían negras. El silencio se encontraba sepulcral, nadie hacía ruido, ni un solo ronquido, todos permanecían dormidos, excepto yo. Mirando fijamente al interruptor de la luz que hay en la pared, veo cómo empiezan a ondear líneas de colores fucsia, rojo y verde que crecen, como si estuvieran trepando, para llegar al techo. Incrédula, parpadeé fuertemente los ojos. Al abrirlos esas líneas serpenteantes habían desaparecido, extraña de mí solo pensé que una vez más mi imaginación y la falta de sueño me habían jugado una mala pasada. Para no pensar más en ello pienso que lo mejor es girarse hacia el otro lado. Mantengo los ojos cerrados, no por mucho tiempo, intentando conciliar el sueño. Al abrirlos noto cómo una sombra se mueve por la habitación. No puedo hacer más que ab

¿Depresión o antidepresión?

Hay veces que simplemente no sabes cómo continuar, cuál es el camino correcto...qué debo escoger. La confusión resulta un camino duro. Mientras vago por el bosque perdido de la soledad, en la oscuridad que ataña la noche. El desquicie y el desenfreno llegan a mi mente. Pero qué implica eso, qué quiero decir exactamente. Ni yo misma lo sé. Las ganas de escapar son inmensas, las noches entre llantos se convierten en mi rutina del día a día, así mes tras mes. Por fuera no se ve, siempre hay una sonrisa que todo lo oculta. Pero realmente no sabes qué hacer. Llega un momento en el que me siento atrapada entre 4 cuatro paredes, aún estando al aire libre. Ni si quiera el frescor de la noche o la luz de la mañana calman mi sentimiento de culpabilidad. Me siento irritable, pero no protesto, todo me lo guardo dentro. Mi corazón y mi cerebro están cansados de tanta discusión. Lo que debería ser dulce se vuelve amargo. Ni el espesor del chocolate es capaz de sacar en mí una sonrisa verda

1 día y 2 noches para toda la vida

Hacía mucho que no sentía esa cosa tan agradable que muchos llaman felicidad. Pero, para ver el arcoíris primero ha de llover. No será tarea fácil borrar de mi recuerdo esos momentos que fueron el comienzo de algo nuevo. Esos días la libertad corría por mis venas y lo único que pedía mi cuerpo era que le diera energía para seguir viviendo. Viernes noche: las bachatas y las salsas se hacían dueñas del lugar, mientras la bebida no dejaba de llegar a mis manos. Aunque sinceramente, yo solo quería bailar, solo quería ser yo y olvidar todo lo que quedaba atrás. Lo cierto es que te había visto varias veces esa noche, pero siendo que no es lo mismo ver que observar no fui consciente de ello hasta recordarlo días después. Por un momento todo era borroso, mis pensamientos sonaban más fuerte que la música en mi cabeza. Y de repente todo se disipó, volví a escuchar la música y te veía nítidamente enfrente de mí. Ni corta ni perezosa acepté tu propuesta de baile con una gran sonrisa.

Tú y yo

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Sonando the time, de los black eyed peas me despierto mareada, sin saber dónde me encuentro. Mirando a mi izquierda me encuentro con una piscina gran piscina iluminada en varios colores, con muchas hamacas vacías. Confusa entre la oscuridad y las sombras, me giro a la derecha para chocarme con tus labios. En seguida, una expresión de sonrisa se dibujaba en mi cara. Cerrando suavemente los ojos, respiraba hondamente la brisa del mar. Sintiendo una inmensa paz. Únicamente un abrazo tuyo sería lo que me haría despertar. Abriendo los ojos de nuevo, has desaparecido. Ya no hay olor a mar, las luces y la piscina ya no están. Un mundano sueño junto a mi imaginación me jugaron una mala pasada. Ahora solo veo mi habitación, iluminada por las farolas que se reflejan a través de la ventana. De pronto, un tin del móvil desvía mi mirada hacia el mismo. Es un whatsapp tuyo en el que me deseas los buenos días, a pesar de que aún son las 4 de la madrugada. Aturdida te contesto un simple hola.

Historias de Santo Domingo

No sabía que ser feliz sentaba tan bien. Pero lamentablemente para conocer la felicidad, también hay que vivir momentos de amargura. Esos momentos en los que sabía que no volvería a verte más. Me hago la desagradable, sabiendo que tengo el corazón hecho añicos. Los días en la playa no son fáciles de olvidar, la libertad recorría mis venas y mis ganas de vivir la vida era lo único que quedaba grabado en mi cerebro. Era viernes por la noche, con grandes expectativas mi hermana y yo esperábamos triunfar esta noche en la discoteca. Sinceramente, solo queríamos bailar y pasarlo bien. Las bachatas y las salsas sonaban, y las bebidas no dejaban de llegar a nuestras manos. Pronto encontramos un nuevo pasajero a nuestra aventura, Mario, que rápidamente se enganchó a mi hermana. Sin embargo, como 3 amigos de toda la vida reíamos y bailábamos en nuestro rincón. Por un momento, no podía pensar en nada, sentada en una butaca y apoyada en la pared todo era borroso. Mi hermana y Mario se habí

Piedras en la ventana

No puedo parar de dar vueltas en la cama, esta almohada es demasiado incómoda. ¡Puta basura barata! Sin embargo la tranquilidad de la noche me da un margen en lo que es la ajetreada vida para reflexionar. Todo está oscuro, la única luz que mis ojos distinguen es la franja que se cuela por las persianas que proviene del patio de luces. Tic tic, tic tic. Escucho ese sonido que me altera, parecen piedras en la ventana. Decido no pensar en ello, será el viento, me digo a mi misma para quitarme esa preocupación de encima. Siempre he tendido mucho a la imaginación y en este caso no podría salir nada bueno de ella. Mi mente se sumerge en los proyectos del mañana, todo lo que puedo hacer que no hice ayer. Pienso en esas frases que una y otra vez nos dicen los triunfadores, el éxito se alcanza con el esfuerzo. Es curioso, el hecho de que si no triunfas te dicen en la cara que no te has esforzado, cuando es posible que hayas sido el que mas empeño haya puesto en lo suyo. Pura suerte, y lo g